COLEGIO AGUSTINIANO CIUDAD SALITRE
ÁREA DE CIENCIAS SOCIALES
III BIMESTRE - GRADO SÉPTIMO
GUÍA DE TRABAJO
EL DINERO
El dinero es un objeto respecto del cual hay un acuerdo social para que sea aceptado en el intercambio. Ha transcurrido mucho tiempo desde que el hombre empezó a usar las primeras formas de dinero, hasta la adopción del dinero tal y como lo conocemos hoy, es decir, en la forma de billetes y monedas comúnmente aceptadas por todas las personas para llevar a cabo sus transacciones.
En Colombia, como en la mayoría de países, no siempre existió un único tipo de dinero aceptado por todas las personas. Circunstancias especiales como las guerras llevaban al gobierno de turno a cambiar la moneda que circulaba, en la medida en que la gente perdía confianza en ella por su paulatina pérdida de valor.
Actualmente en Colombia y en casi todos los países del mundo, los gobiernos mantienen la confianza de la gente en el dinero que circula gracias a la gestión que realizan sus bancos centrales, pero este es el resultado de un largo proceso histórico que no estuvo exento de costos económicos. Veamos un breve recuento sobre cómo surgió el dinero y cómo llegó a ser comúnmente aceptado por todas las personas.
En las sociedades tribales el dinero no existía porque la producción y el consumo se daban simultáneamente, por lo que el intercambio no era una actividad habitual. En este tipo de sociedades, las técnicas de producción eran relativamente simples y la propiedad, por lo general, era comunal; así, era fácil para el individuo satisfacer sus necesidades con lo que producía, y cuando se daba el intercambio se hacía para satisfacer las necesidades de la comunidad
El dinero es un objeto respecto del cual hay un acuerdo social para que sea aceptado en el intercambio. Ha transcurrido mucho tiempo desde que el hombre empezó a usar las primeras formas de dinero, hasta la adopción del dinero tal y como lo conocemos hoy, es decir, en la forma de billetes y monedas comúnmente aceptadas por todas las personas para llevar a cabo sus transacciones.
En las sociedades tribales el dinero no existía porque la producción y el consumo se daban simultáneamente, por lo que el intercambio no era una actividad habitual, era fácil para el individuo satisfacer sus necesidades con lo que producía, y cuando se daba el intercambio se hacía para satisfacer las necesidades de la comunidad. En este tipo de sociedad el trueque le permitía a cada comunidad complementar lo que producía, intercambiando sus excedentes por aquello que le hacía falta. A medida que las técnicas de producción evolucionaron, las comunidades se especializaban en algunas actividades productivas dándose la evolución y profundización de la división del trabajo, surge el intercambio individual y la consolidación del concepto de propiedad privada tanto de los bienes de consumo como de los factores de producción.
La finalidad de la producción ya no era sólo la satisfacción de las necesidades del individuo sino el intercambio; proceso que estuvo acompañado de un incremento del comercio, el cual permitía que unos y otros intercambiaran aquello que les sobraba por lo que les hacía falta.
El surgimiento del intercambio como mecanismo para lograr la satisfacción de las necesidades sentó las bases para el uso generalizado del dinero, Como una respuesta a esas limitaciones, empezó a surgir en el comercio el uso de objetos que fueran comúnmente aceptados por todos como un medio de cambio. Entre las primeras formas de dinero que usó el hombre se pueden mencionar las conchas, las cuentas de collares, el té, el tabaco, las pieles y el ganado, sin embargo, esos objetos, en muchos casos, no tenían suficiente resistencia y durabilidad, lo que condujo a las sociedades a tratar de remplazarlos por formas de dinero más parecidas a las que conocemos en la actualidad.
El dinero ha tenido un largo proceso de transformación a lo largo de la historia. Hacia 2500 a. C. los egipcios empezaron a usar anillos de metal, y para 700 a. C. los lidios fueron los primeros en acuñar monedas, seguidos por los griegos. Sin embargo, hubo una larga evolución entre el momento en que se empezaron a acuñar las primeras monedas, y el uso de los billetes y monedas que hoy conocemos.
La evolución y profundización de la división del trabajo implicó el surgimiento del intercambio individual y la consolidación del concepto de propiedad privada tanto de los bienes de consumo como de los factores de producción; de esta manera la producción se fue aislando cada vez más del consumo, tanto en el tiempo como en el espacio. La finalidad de la producción ya no era sólo la satisfacción de las necesidades
del individuo sino el intercambio; proceso que estuvo acompañado de un incremento del comercio, el cual permitía que unos y otros intercambiaran aquello que les sobraba por lo que les hacía falta.
El surgimiento del intercambio como mecanismo para lograr la satisfacción de las necesidades sentó las bases para el uso generalizado del dinero; en efecto, la consolidación del intercambio o el comercio como una actividad más dentro de la organización económica de la sociedad, hizo evidentes las limitaciones del trueque. Cuando el intercambio se basa en el trueque es necesario que coincida el interés de las dos personas en intercambiar lo que cada uno posee; además, es difícil llevar a cabo el trueque de objetos de distinto valor en la medida en que no siempre los productos que se pretende intercambiar se pueden dividir; de otro lado, no todos los productos son fáciles de transportar o de almacenar, lo cual no permite que cualquier objeto sea adecuado para el trueque.
Como una respuesta a esas limitaciones, empezó a surgir en el comercio el uso de objetos que fueran comúnmente aceptados por todos como un medio de cambio. Entre las primeras formas de dinero que usó el hombre se pueden mencionar las conchas, las cuentas de collares, el té, el tabaco, las pieles y el ganado. Estos productos tenían ciertas características que les permitían ser transportados y almacenados, y a través de ellos se podía expresar el valor de mercancías más grandes o más valiosas; sin embargo, esos objetos, en muchos casos, no tenían suficiente resistencia y durabilidad, lo que condujo a las sociedades a tratar de remplazarlos por formas de dinero más parecidas a las que conocemos en la actualidad.
FUNCIONES DEL DINERO
1.En primer lugar el dinero cumple la función de ser un medio de cambio, es decir, que debe ser aceptado por las personas a cambio de los bienes y servicios que ellas venden; así, se elimina uno de los problemas derivados del trueque: la necesidad de que coincida el interés de los que participan en el intercambio con los respectivos objetos que tienen para intercambiar.
2. En segundo lugar, el dinero puede usarse como unidad de cuenta; esto significa que los precios de los bienes y servicios pueden expresarse en unidades de dinero en vez de expresarlos en términos de otros bienes. En una economía de trueque era necesario, por ejemplo, establecer que dos bultos de trigo equivalían a diez metros de paño; así, el dinero es un medio que sirve para expresar los precios y los valores de las demás mercancías.
3. En tercer lugar, el dinero tiene una función muy importante como depósito de valor. Para poder cumplir esta función, el dinero debe mantener su valor durante el tiempo y, por tanto, no es necesario intercambiarlo inmediatamente cuando se recibe.
ACTIVIDAD
1. Teniendo en cuenta la lectura como surge el dinero y se va transformando en propiedad privada y lleva a la división del trabajo.
2. Elabore una cronología donde explique la evolución del dinero desde sus primeras formas hasta la actualidad.
2. Elabore una cronología donde explique la evolución del dinero desde sus primeras formas hasta la actualidad.
3. Teniendo en cuenta las funciones que debe cumplir el dinero, propongan tres bienes diferentes que quieran utilizar como dinero; luego, piensa y explica si cada uno de esos bienes cumple las siguientes funciones:
A. ¿Sería aceptado por todos?
B. ¿Sería fácil de transportar y de dividir?
C. ¿Funcionaría como reserva de valor?
D. Después de evaluar sus diferentes funciones decidan cuál de los bienes propuestos escogerían finalmente para utilizarlo como dinero, y expliquen por qué.
EL DINERO
En este tipo de sociedad el trueque le permitía a cada comunidad complementar
lo que producía, intercambiando sus excedentes por aquello que le hacía falta;
por ejemplo, si una tribu estaba especializada en la caza y cultivaba unos
pocos productos, podía cambiar parte de la carne y las pieles que obtenía de la
caza por productos agrícolas cultivados por otra tribu dedicada a la práctica
agrícola. Sin embargo, hay que aclarar que en esta etapa las sociedades eran
prácticamente autosuficientes, es decir, que podían subsistir casi
exclusivamente con lo que producían, por tanto, requerían muy poco intercambio.
A medida que las técnicas de producción evolucionaron, las
comunidades percibieron que podían producir más si se especializaban en algunas
actividades productivas en lugar de tratar de producir todo lo que necesitaban;
así, la división del trabajo también se hizo más profunda y las necesidades de
estas sociedades tribales se hicieron más complejas, pues de cierta forma dejaron
de ser autosuficientes. Por ejemplo, los individuos que tenían mayores
aptitudes para la agricultura se dedicaron a sembrar, mientras que quienes
tenían aptitudes para la pesca se especializaron en esta actividad.
LA LEY DE GRESHAM
La ley de Gresham establece que la moneda “mala” remplaza a la moneda
“buena”. Este fenómeno fue descrito por Thomas Gresham alrededor del año 1558,
pero sólo se postuló como ley en el siglo XIX.
Ésta originalmente se refería a monedas con contenido de metal
precioso, de manera que la moneda buena era aquella que tenía un metal más
preciado, por ejemplo oro o plata, mientras la moneda mala era aquella que
tenía metales menos preciados, como níquel o cobre. Según esta ley, las
personas tienden a utilizar la moneda mala en los pagos internos, mientras que
guardan la buena, la funden o la usan en pagos internacionales. Esto sucede por
ejemplo si tienes una moneda de oro y otra moneda de níquel. Según la ley de
Gresham, vas a preferir hacer tus pagos con la moneda de níquel para deshacerte
de ella y vas a guardar la moneda de oro en tu casa porque sabes que tiene un
gran valor. Cuando todos hacen lo mismo, las monedas de níquel se vuelven el
medio de cambio predominante, mientras las monedas de oro se quedan guardadas y
salen de circulación.
Inicialmente esta ley fue formulada para monedas con contenido de metal
precioso, pero aún hoy tiene validez. La ley funciona cuando hablamos de
monedas de diferentes naciones, unas con mayor valor que otras: por ejemplo, si
una moneda nacional pierde parte de su valor, por ejemplo por una alta
inflación, y existe una moneda extranjera que tiene mayor credibilidad, las
personas preferirán guardar la moneda extranjera o utilizarla para
transacciones internacionales.
Mientras tanto la moneda nacional, que tiene un valor mucho menor,
va a ser el principal circulante en la economía doméstica. 13
Un ejemplo histórico
Mucho antes de la postulación de la ley de Gresham, en las
sociedades antiguas ya teníamos ejemplos de este fenómeno. Por ejemplo, en el
año 407 a. C. los espartanos se apoderaron de las minas de plata pertenecientes
a Atenas y capturaron alrededor de 20.000 esclavos; como resultado de esto, los
atenienses debieron dejar de producir monedas de plata y empezaron a producir
monedas de cobre de una calidad mucho menor. Así, las pocas monedas de plata
que quedaban eran altamente apetecidas y nadie quería deshacerse de ellas;
entre tanto, las monedas de cobre eran menos valoradas y la gente buscaba
deshacerse de ellas. Esto finalmente condujo a que las monedas de plata
salieran de circulación porque nadie quería deshacerse de ellas y las
transacciones empezaron a realizarse casi exclusivamente con monedas de cobre.
Cuáles son las funciones del dinero. En primer lugar el dinero cumple la función de ser un medio de cambio, es decir, que
debe ser aceptado por las personas a cambio de los bienes y servicios que ellas
venden; así, se elimina uno de los problemas derivados del trueque: la
necesidad de que coincida el interés de los que participan en el intercambio
con los respectivos objetos que tienen para intercambiar.
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En segundo lugar, el dinero puede usarse como unidad de cuenta; esto significa
que los precios de los bienes y servicios pueden expresarse en unidades de dinero
en vez de expresarlos en términos de otros bienes. En una economía de trueque
era necesario, por ejemplo, establecer que dos bultos de trigo equivalían a
diez metros de paño; así, el dinero es un medio que sirve para expresar los
precios y los valores de las demás mercancías.
En tercer lugar, el dinero tiene una función muy importante como depósito de valor. Para poder
cumplir esta función, el dinero debe mantener su valor durante el tiempo y, por
tanto, no es necesario intercambiarlo inmediatamente cuando se recibe *—como
pudo suceder cuando en una economía de trueque se recibían productos perecederos
como carne o frutas—.
La función del dinero de servir como depósito de valor está
estrechamente relacionada con la de ser medio de cambio, pues para que cumpla
su función en el intercambio debe mantener su valor a lo largo del tiempo; esto
permite que la acción de comprar pueda separarse de la de vender, tanto en el
tiempo como en el espacio; por ejemplo, un agricultor puede vender su cosecha
el día de hoy en un pueblo, y 16
usar el dinero recibido para comprar el vestuario que necesita al
día siguiente en otro pueblo; en este sentido, un objeto que se usa como medio
de cambio necesariamente debe ser depósito de valor.
Esa reflexión que parece simple nos sirve para entender una de las
principales características que tiene el dinero: la liquidez. Cuando pensamos en objetos que
pueden ser depósitos de valor podemos encontrar muchos candidatos además del
dinero: las piedras preciosas, las obras de arte y aún los carros de colección
pueden serlo; sin embargo, no todos los objetos que son depósito de valor
pueden ser usados como medios de cambio, y menos como dinero. La liquidez es lo
que distingue al dinero de otros objetos que pueden ser depósitos de valor,
pues es una característica del dinero estrechamente relacionada con su aceptabilidad por parte de los miembros de una
sociedad. Este concepto implica que el dinero es un objeto que en el intercambio
tiene la capacidad de ser convertido de inmediato en otros objetos, y para ello
se requiere que haya un acuerdo entre las personas involucradas en ese
intercambio.
Además de la liquidez o aceptabilidad, el dinero debe tener otras características
para poder cumplir sus funciones de medio de cambio, unidad de cuenta y
depósito de valor, éstas son: durabilidad, divisibilidad y bajo costo de almacenamiento.
La durabilidad significa que físicamente el dinero debe mantener valor, es decir,
que el material del que está hecho debe ser durable a lo largo del tiempo; esto
explica por qué el hombre rápidamente se dio cuenta de que los metales, y en
particular los metales preciosos, eran los objetos más adecuados para usar como
dinero. De otro lado, la divisibilidad y el bajo costo de
almacenamiento del dinero permiten que se pueda
usar como unidad de cuenta y que las personas puedan llevarlo para realizar sus
transacciones en cualquier momento y lugar.
El dinero ha tenido un largo proceso de transformación a lo largo
de la historia. Hacia 2500 a. C. los egipcios empezaron a usar anillos de
metal, y para 700 a. C. los lidios fueron los primeros en acuñar monedas,
seguidos por los griegos. Sin embargo, hubo una larga evolución entre el momento
en que se empezaron a acuñar las primeras monedas, y el uso de los billetes y
monedas que hoy conocemos. Las civilizaciones antiguas, como la griega y la
romana, tuvieron que enfrentar la transición de comunidades tribales hacia
sociedades basadas, en buena medida, en la propiedad privada, en las que la
actividad económica era ejercida de manera individual. Platón y Aristóteles, a
través de sus obras literarias, nos han permitido saber que en la sociedad
griega existía la propiedad privada de la tierra, la división del trabajo era
bastante avanzada, el comercio era una actividad importante y, además, se usaba
dinero.
Durante mucho tiempo los países usaron como dinero monedas con distintos
contenidos de oro y plata; no obstante, hacia el siglo XIX los gobiernos empezaron a
introducir el papel moneda. El papel moneda estaba respaldado por metales
preciosos y, en este sentido, era un certificado que le permitía al que lo
recibía en el intercambio canjearlo en cualquier momento por su equivalente en
metales preciosos. ¿Ante quién podía ir una persona a exigir el cambio del
certificado por una determinada cantidad de oro o de plata? En un principio
estos certificados eran emitidos por compañías comerciales y bancos privados
que asumían el compromiso de cambiar esos papeles por determinada cantidad de
metal precioso, pero, después esta facultad la asumió el Estado.
Así, para la segunda mitad del siglo XIX el mundo se había desplazado hacia
un sistema monetario en el que se usaba el papel moneda respaldado con oro;
sistema que se denominó patrón oro, el cual permitía que todas las monedas y billetes que circulaban
se convirtieran en oro mediante una equivalencia previamente establecida. Para
comienzos del siglo XX en casi todo el mundo el derecho de imprimir dinero era un
monopolio legal del Estado; en la actualidad, ese monopolio es ejercido en la mayoría de
países a través del banco central; adicionalmente, en cada país se adoptó una única moneda, denominada
moneda local. Sin embargo, en circunstancias de inestabilidad económica que
debiliten la credibilidad de la gente en su moneda, es probable que los países
opten por usar alguna moneda extranjera simultáneamente con la moneda local;
por ejemplo, en Latinoamérica ha habido épocas en las que la gente acepta tanto
la moneda local como los dólares estadounidenses en el intercambio.
Después de la Primera Guerra Mundial, el patrón oro se vio
amenazado debido a la inestabilidad económica derivada de aquella; así, la
mayoría de países suspendieron la convertibilidad de su moneda en oro. A partir
de ese momento los esfuerzos por restaurar el patrón oro fueron infructuosos, pues
la Gran Depresión de los años treinta y, más tarde, la Segunda Guerra Mundial
acabaron con toda posibilidad de retornar a ese esquema. Al terminar la Segunda
Guerra Mundial los países más grandes se reunieron para tratar de sentar las
bases de una nueva plataforma de crecimiento económico mundial; como parte de este
objetivo, esas grandes potencias emprendieron la tarea de reorganizar el
sistema
monetario internacional. Dicho objetivo lo plasmaron en el
denominado Acuerdo de Bretton Woods, suscrito en 1944, mediante el cual se adoptó
el patrón cambio-oro basado en el dólar; bajo este esquema se estableció una
equivalencia entre las principales monedas y el dólar y, a su vez, el dólar era
convertible en oro.
A comienzos de los años setenta el gobierno de los Estados Unidos suspendió
la convertibilidad del dólar en oro, como resultado de las amenazas a la
estabilidad económica derivadas, principalmente, de una crisis en el
abastecimiento de petróleo, terminando así con el Acuerdo de Bretton Woods. A
partir de ese momento todos los países adoptaron un sistema monetario en el que
el dinero no está respaldado por ningún metal precioso. El dinero que no está
respaldado por metales preciosos se denomina dinero de curso forzoso;
bajo este esquema los billetes no representan una obligación para el banco
central de pagar oro, sino que equivalen al valor en unidades de la moneda
nacional que está impreso en ellos. El valor del dinero de curso forzoso radica
en su aceptabilidad por todas las personas como medio de pago; por ello, una de
las principales labores del banco central es preservar esa aceptabilidad para
que el valor de la moneda se mantenga.
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